La ballena jorobada, el águila imperial ibérica, el rinoceronte blanco sureño, el oso pardo y el cóndor de California son ejemplos de éxito en la conservación de la naturaleza que con motivo del Día Mundial de la Diversidad Biólogica, que se celebra hoy, recuerda EFEverde.
Estas especies, que han conseguido recuperarse desde el borde
de la extinción, suponen una señal de esperanza para la biodiversidad
dentro de la creciente tendencia de amenaza global que registra la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Según el
responsable de Especies de WWF España, Luis Suárez, los recursos se
suelen concentrar en las llamadas "especies paraguas", que "representan
bien un tipo de ecosistema", con lo que al conservarlas "proteges a
todas las especies que conviven con ella", y además despiertan la
empatía de la población.
Suárez admite que, teniendo en cuenta los
cada vez más graves niveles de pérdida de biodiversidad en todo el
mundo, es necesario "trabajar en medidas transversales e ir a los
problemas de base", como la pérdida de hábitat.
La Lista Roja de
la UICN, la referencia en cuanto al estado de conservación de
especies, tiene siete niveles que van desde la extinción total a la
"preocupación menor", cuando una especie ya no está amenazada.
Ballena jorobada (Megaptera novaeangliae)
Presente en todos los océanos del mundo y una de las grandes
migradoras del reino animal, recorre 25.000 kilómetros todos los años.
La caza comercial diezmó las poblaciones de este cetáceo hasta que en
1966 se aprobó una moratoria a nivel internacional. Desde entonces se ha
ido recuperando, y ya ha dejado de considerarse amenazada por la UICN
tras estar clasificada como "En peligro".
Rinoceronte blanco sureño (Ceratotherium simum simum)
Se
creía extinguido en el siglo XIX hasta que en 1895 se encontró una
pequeña población en una remota región de Sudáfrica. En la actualidad es
la subespecie de rinoceronte más abundante del mundo, con una población
de alrededor 20.000 ejemplares según los datos del WWF.
Están
clasificados por la UICN como "Casi amenazado", pues aunque su tendencia
poblacional es positiva, se ha incrementado la caza furtiva por la
creciente demanda de su cuerno en el mercado negro asiático.
Águila imperial ibérica (Aquila adalberti)
La
rapaz más amenazada de Europa y emblema de la fauna ibérica ha
protagonizado un crecimiento espectacular en las últimas décadas: el
último censo de la especie (de 2011) contabilizó 318 parejas
reproductoras, cuando hace treinta años apenas 50 parejas sobrevivían en
libertad, acantonadas en áreas remotas de los Montes de Toledo y de
Sierra Morena.
Según Sara Cabezas, coordinadora técnica del
programa "Alzando el vuelo" de SEO/Birdlife, la tendencia de la especie
"es bastante positiva", y aunque aparece como "Vulnerable" en la Lista
Roja, Cabezas calcula que, con la tendencia actual, el águila imperial
ibérica dejaría de estar amenazada en ocho años.
Cóndor de California (Gymnogyps californianus)
La
persecución directa y el envenenamiento por plomo de municiones de caza
diezmaron las poblaciones de esta rapaz tras la llegada de los colonos
europeos al oeste de Norteamérica.
En los años 80 se capturó a los
pocos ejemplares que sobrevivían en libertad para iniciar un programa
de cría en cautividad que ha sido un éxito: de las 22 aves que quedaban
en 1981, se ha pasado a una población de 169 individuos en cautividad y
189 reintroducidos al medio natural.
Oso pardo europeo (Ursus arctos arctos)
A nivel
mundial no es una especie amenazada, pero las poblaciones de osos
ibéricos que sobreviven en la Cordillera Cantábrica (divididos en zona
occidental y oriental) y en los Pirineos están en peligro de extinción.
De
entre estas subpoblaciones, la mejor conservada es la cantábrica
occidental: de seis osas con crías en el año 91 se ha pasado a 25 osas
con crías en el 2010.
Una inversión de futuro
El
comité español de la UICN, que este año participa en el Congreso
Mundial de la Naturaleza, en Jeju (Corea), insiste en que la
recuperación de las especies es una inversión de futuro que no acaba
cuando alguna sale de la Lista Roja: la clave se encuentra en que los
hábitats mejoren y la presión humana disminuya, porque las especies "van
detrás".
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