domingo, 13 de mayo de 2012

El bisonte europeo, un icono de futuro en la lucha contra la despoblación

El bisonte europeo, que desapareció hace mil años del paisaje de la Montaña Palentina, regresó hace dos para convertirse en todo un icono de desarrollo rural y demostrar que puede ser una gran oportunidad de futuro en una comarca herida de muerte por la reconversión minera.


Fueron necesarios ocho años para que el Ayuntamiento de San Cebrián de Muda, un pequeño municipio del norte de Palencia de tan solo 160 habitantes, lograra que su apuesta por crear una reserva de bisontes europeos se convirtiera en una realidad que hoy ya han visitado más de 6.000 personas.
Familias, grupos, estudiosos, historiadores, conservacionistas, ecologistas y amantes de la biodiversidad en general, han podido ver de cerca a una especie milenaria, una manada de bisontes europeos que regresó a su hábitat natural de la mano del Ayuntamiento de San Cebrián de Muda.
Porque el turismo que se engancha a la Reserva del Bisonte Europeo en San Cebrián de Muda, no es un turismo muy al uso, explica a Efe su alcalde, Jesús González.
"Es gente que valora mucho lo que se está haciendo en San Cebrián, incluso dejan donativos para mantener la Reserva porque entienden la importancia que tiene este proyecto para la recuperación de esta especie en peligro de extinción", apunta.
De hecho, la intención del proyecto no era desarrollar el sector turístico, sino convertir el bisonte en un icono para el desarrollo rural, además de contribuir a su conservación como especie.
"El turismo no era la filosofía del proyecto, pero es evidente que es una de las sinergias que estamos consiguiendo", sostiene González.
El caso es que, con la ayuda de la Junta de Castilla y León y de la Asociación del Bisonte Europeo en junio de 2010 llegaron a Palencia desde Polonia siete bisontes, Pomilka, Podesta, Karagana, Kastorama, Polenca, Plawen y Podpas, con todos los papeles en regla, incluido certificado de origen, número de identificación con pedigrí acreditado y microchip para que no se despisten.
Poco después nacieron Ciprés y Cipra, incrementando la manada de bisontes europeos y dando cuenta de la capacidad de adaptación de la especie al territorio que pisaron sus antepasados, aunque la familia haya perdido en este tiempo a uno de sus miembros, pero no por falta de adaptación sino por un desafortunado accidente.
Ahora la Reserva y el Centro de Interpretación del Bisonte Europeo están demostrando que es posible lograr que los jóvenes no se vayan y "levantar el ánimo de la población" si se crean las oportunidades adecuadas.
"Cuando llega el bisonte lo primero que hace es levantar el ánimo de la población en un municipio donde todo lo que pasaba desde que se cerró la mina en los años 90 era todo negativo", explica.
"Queríamos recuperar una especie que ya vivió aquí hace mil años, que tenía relación con el territorio y hacer de este animal el icono del desarrollo rural en San Cebrián de Mudá", insiste el alcalde.
Y no solo eso, porque dentro de este nuevo modelo de desarrollo rural por el que apuesta el ayuntamiento de San Cebrián entra la gestión del territorio, porque los bisontes tienen gran capacidad para ingerir leñosas, la hierba y más de 150 plantas, dejando el monte limpio e impidiendo cualquier conato de incendio.
Pero sobre todo es un "crea oportunidades, de hecho somos la única reserva en Europa que trabaja con el bisonte para desarrollo rural", insiste el alcalde.
González defiende a capa y espada esta forma de gestionar, de abajo hacia arriba, poniendo en valor los recursos y el territorio, un modelo de gestión nuevo que no se basa en una actuación aislada sino en crear las oportunidades para que haya futuro en los pueblos.
Ahora puede decirse que en un pequeño pueblo de la Montaña Palentina el Bison Bonasus ha sido capaz de tender un puente entre el pasado y el futuro.
Lo hace en una reserva de 20 hectáreas, que limita con el Parque de Fuentes Carrionas-Fuente Cobre, por donde la manada campa a sus anchas en semi libertad, se deja fotografiar y admirar, y a la que se accede andando, en bicicleta, en todoterreno, con palas de nieve o en calesa tirada por dos caballos, Jilguero y Ruiseñor.
Y se completa con un Centro de Interpretación donde se explica la filosofía del proyecto y todo lo que hay que saber sobre los bisontes, su historia, evolución y donde viven los 4.000 individuos que todavía quedan por el mundo.
Los machos son más grandes que las hembras y tienen los cuernos más abiertos, son capaces de comer entre 30 y 32 kilos de comida cada día y tienen los ojos rasgados como los ciervos.
De hecho, basta con mirarles a los ojos para darse cuenta de lo familiar que resulta esta especie, una especie que no desconfía del hombre porque ha sido testigo mudo de buena parte de nuestra evolución.EFEverde

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