El bisonte europeo, que desapareció hace mil años del paisaje de la Montaña Palentina, regresó hace dos para convertirse en todo un icono de desarrollo rural y demostrar que puede ser una gran oportunidad de futuro en una comarca herida de muerte por la reconversión minera.
Fueron necesarios ocho años para que el Ayuntamiento de San
Cebrián de Muda, un pequeño municipio del norte de Palencia de tan solo
160 habitantes, lograra que su apuesta por crear una reserva de bisontes
europeos se convirtiera en una realidad que hoy ya han visitado más de
6.000 personas.
Familias, grupos, estudiosos, historiadores,
conservacionistas, ecologistas y amantes de la biodiversidad en general,
han podido ver de cerca a una especie milenaria, una manada de bisontes
europeos que regresó a su hábitat natural de la mano del Ayuntamiento
de San Cebrián de Muda.
Porque el turismo que se engancha a la
Reserva del Bisonte Europeo en San Cebrián de Muda, no es un turismo muy
al uso, explica a Efe su alcalde, Jesús González.
"Es gente que
valora mucho lo que se está haciendo en San Cebrián, incluso dejan
donativos para mantener la Reserva porque entienden la importancia que
tiene este proyecto para la recuperación de esta especie en peligro de
extinción", apunta.
De hecho, la intención del proyecto no era
desarrollar el sector turístico, sino convertir el bisonte en un icono
para el desarrollo rural, además de contribuir a su conservación como
especie.
"El turismo no era la filosofía del proyecto, pero es
evidente que es una de las sinergias que estamos consiguiendo", sostiene
González.
El caso es que, con la ayuda de la Junta de Castilla y
León y de la Asociación del Bisonte Europeo en junio de 2010 llegaron a
Palencia desde Polonia siete bisontes, Pomilka, Podesta, Karagana,
Kastorama, Polenca, Plawen y Podpas, con todos los papeles en regla,
incluido certificado de origen, número de identificación con pedigrí
acreditado y microchip para que no se despisten.
Poco después
nacieron Ciprés y Cipra, incrementando la manada de bisontes europeos y
dando cuenta de la capacidad de adaptación de la especie al territorio
que pisaron sus antepasados, aunque la familia haya perdido en este
tiempo a uno de sus miembros, pero no por falta de adaptación sino por
un desafortunado accidente.
Ahora la Reserva y el Centro de
Interpretación del Bisonte Europeo están demostrando que es posible
lograr que los jóvenes no se vayan y "levantar el ánimo de la población"
si se crean las oportunidades adecuadas.
"Cuando llega el bisonte
lo primero que hace es levantar el ánimo de la población en un
municipio donde todo lo que pasaba desde que se cerró la mina en los
años 90 era todo negativo", explica.
"Queríamos recuperar una
especie que ya vivió aquí hace mil años, que tenía relación con el
territorio y hacer de este animal el icono del desarrollo rural en San
Cebrián de Mudá", insiste el alcalde.
Y no solo eso, porque dentro
de este nuevo modelo de desarrollo rural por el que apuesta el
ayuntamiento de San Cebrián entra la gestión del territorio, porque los
bisontes tienen gran capacidad para ingerir leñosas, la hierba y más de
150 plantas, dejando el monte limpio e impidiendo cualquier conato de
incendio.
Pero sobre todo es un "crea oportunidades, de hecho
somos la única reserva en Europa que trabaja con el bisonte para
desarrollo rural", insiste el alcalde.
González defiende a capa y
espada esta forma de gestionar, de abajo hacia arriba, poniendo en valor
los recursos y el territorio, un modelo de gestión nuevo que no se basa
en una actuación aislada sino en crear las oportunidades para que haya
futuro en los pueblos.
Ahora puede decirse que en un pequeño
pueblo de la Montaña Palentina el Bison Bonasus ha sido capaz de tender
un puente entre el pasado y el futuro.
Lo hace en una reserva de
20 hectáreas, que limita con el Parque de Fuentes Carrionas-Fuente
Cobre, por donde la manada campa a sus anchas en semi libertad, se deja
fotografiar y admirar, y a la que se accede andando, en bicicleta, en
todoterreno, con palas de nieve o en calesa tirada por dos caballos,
Jilguero y Ruiseñor.
Y se completa con un Centro de Interpretación
donde se explica la filosofía del proyecto y todo lo que hay que saber
sobre los bisontes, su historia, evolución y donde viven los 4.000
individuos que todavía quedan por el mundo.
Los machos son más
grandes que las hembras y tienen los cuernos más abiertos, son capaces
de comer entre 30 y 32 kilos de comida cada día y tienen los ojos
rasgados como los ciervos.
De hecho, basta con mirarles a los ojos
para darse cuenta de lo familiar que resulta esta especie, una especie
que no desconfía del hombre porque ha sido testigo mudo de buena parte
de nuestra evolución.EFEverde
Muy bueno,me re sirvio!! excelente, graciaas!!
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