miércoles, 9 de mayo de 2012

El IGME trabaja en el mapa de fallas activas de España

Un edificio del barrio de La Viña, que ha sido derruido en parte por los daños causados por el terremoto del 11 de mayo de 2011. EFEVarias personas descansan hoy en la terraza de un bar ante un edificio todavía apuntalado por los daños causados por el terremoto del 11 de mayo de 2011. EFEUn edificio del barrio de La Viña, que ha sido derruido en parte por los daños causados por el terremoto del 11 de mayo de 2011. EFEEspaña actualiza su mapa de fallas activas con un trabajo que recaba datos de toda la península y que podrían remontarse hasta dos millones de años, tanto como se prolonga el cuaternario, periodo geológico en el que vivimos.
Julián García Mayordomo dirige desde 2010 el programa Fase Geo, que recopila y documenta todas las fallas activas de la península ibérica, aún las que no han provocado ningún sismo reciente, para identificar su potencial riesgo de ocasionar terremotos.
La exploración se inicia, en la mayoría de las ocasiones, a partir de alteraciones del paisaje como los escalones abruptos en las laderas o los bancos en los cauces de los ríos, indicios en superficie de perturbaciones geológicas prehistóricas.
Son registros que indican que ha habido movimiento telúrico mucho antes de que existieran crónicas escritas ni instrumentos de medición, explicó a EFEverde el experto.
La documentación en la que trabaja este geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ya identifica la zona de cizalla de la cordillera bética oriental, con 400 kilómetros de extensión, entre las fallas de mayor movimiento.
En ese mismo sistema, se considera la falla de Alhama, que provocó el terremoto de Lorca, del que ésta semana se cumple un año, como una de las mas estudiadas y aún así, solo documentada desde los años 70.
Las teorías adjudican su actividad a la falla Norte Maladeta, en los pirineos leridanos.
Reconoció, sin embargo, que prácticamente todas las fallas activas pueden provocar terremotos, es solo cuestión del rango de tiempo que se quiera emplear para indicar la probabilidad y el grado de peligrosidad de la zona.
También muy dinámica, la falla del Bajo Segura, entre Alicante, Cartagena y Murcia, documentada por el propio García Mayordono, según aparece en la base de datos QAFI (Quaternary Active Faults Database of Iberia) que puede consultar el público en la página del IGME. (http://www.igme.es/infoigme/aplicaciones/qafi/)
La información que recaba se está tomando en cuenta para la elaboración de la nueva edición del mapa de peligrosidad sísmica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), que se actualiza por primera vez desde 2002.
Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional, dependiente del IGN, recalcó la importancia de este trabajo conjunto que sentará las bases para revisar las normas de construcción sismoresistente.
Teniendo en cuenta las fallas activas identificadas por los geólogos, el mapa de peligrosidad señalará aquellas áreas de España en las que es mas probable que ocurran terremotos y su previsible importancia, dijo.
Y aunque considera que la información no cambiará sustancialmente, sí precisó que se incorporan datos de nuevos terremotos recabados con técnicas de estudio más modernas.
El documento, añadió, cuenta con "mas consenso" que otros anteriormente editados porque ha colaborado en su redacción expertos de diferentes disciplinas, algunos ajenos al IGN, e incluso de colegas franceses y portugueses, para "homogeneizar" la información.
Son datos, insistió, que tomará en cuenta, entre otros, el Consejo de Seguridad Nuclear, y entidades de gestión de protección civil para regular la construcción y establecimiento de estructuras críticas, como plantas o almacenes nucleares, aeropuertos, colegios y hospitales.
El mapa de riesgo sísmico estará listo a finales de este año, cuando también se cierra el periodo destinado a la fase de actualización de QAFI, que, según el IGME, podría ampliarse por un nuevo periodo de investigación.
El Colegio de Geólogos de Madrid, por su parte, emitió hoy un comunicado en el que se denuncia la falta de un plan de riesgos sísmicos actualizado para el sur-sureste español, donde se identifica la mayor actividad telúrica de la península.
Tras el terremoto de Lorca, los geólogos elaboraron un "Decálogo para minimizar el riesgo sísmico en España" que ha tenido "un impulso real escaso" entre la administración, dijeron.

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