España actualiza su mapa de fallas activas con un
trabajo que recaba datos de toda la península y que podrían remontarse
hasta dos millones de años, tanto como se prolonga el cuaternario,
periodo geológico en el que vivimos.
Julián García Mayordomo dirige desde 2010 el programa Fase Geo, que
recopila y documenta todas las fallas activas de la península ibérica,
aún las que no han provocado ningún sismo reciente, para identificar su
potencial riesgo de ocasionar terremotos.
La exploración se inicia, en la mayoría de las ocasiones, a partir de
alteraciones del paisaje como los escalones abruptos en las laderas o
los bancos en los cauces de los ríos, indicios en superficie de
perturbaciones geológicas prehistóricas.
Son registros que indican que ha habido movimiento telúrico mucho
antes de que existieran crónicas escritas ni instrumentos de medición,
explicó a EFEverde el experto.
La documentación en la que trabaja este geólogo del Instituto
Geológico y Minero de España (IGME) ya identifica la zona de cizalla de
la cordillera bética oriental, con 400 kilómetros de extensión, entre
las fallas de mayor movimiento.
En ese mismo sistema, se considera la falla de Alhama, que provocó el
terremoto de Lorca, del que ésta semana se cumple un año, como una de
las mas estudiadas y aún así, solo documentada desde los años 70.
Las teorías adjudican su actividad a la falla Norte Maladeta, en los pirineos leridanos.
Reconoció, sin embargo, que prácticamente todas las fallas activas
pueden provocar terremotos, es solo cuestión del rango de tiempo que se
quiera emplear para indicar la probabilidad y el grado de peligrosidad
de la zona.
También muy dinámica, la falla del Bajo Segura, entre Alicante,
Cartagena y Murcia, documentada por el propio García Mayordono, según
aparece en la base de datos QAFI (Quaternary Active Faults Database of
Iberia) que puede consultar el público en la página del IGME.
(http://www.igme.es/infoigme/aplicaciones/qafi/)
La información que recaba se está tomando en cuenta para la
elaboración de la nueva edición del mapa de peligrosidad sísmica del
Instituto Geográfico Nacional (IGN), que se actualiza por primera vez
desde 2002.
Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional, dependiente del
IGN, recalcó la importancia de este trabajo conjunto que sentará las
bases para revisar las normas de construcción sismoresistente.
Teniendo en cuenta las fallas activas identificadas por los geólogos,
el mapa de peligrosidad señalará aquellas áreas de España en las que es
mas probable que ocurran terremotos y su previsible importancia, dijo.
Y aunque considera que la información no cambiará sustancialmente, sí
precisó que se incorporan datos de nuevos terremotos recabados con
técnicas de estudio más modernas.
El documento, añadió, cuenta con "mas consenso" que otros
anteriormente editados porque ha colaborado en su redacción expertos de
diferentes disciplinas, algunos ajenos al IGN, e incluso de colegas
franceses y portugueses, para "homogeneizar" la información.
Son datos, insistió, que tomará en cuenta, entre otros, el Consejo de
Seguridad Nuclear, y entidades de gestión de protección civil para
regular la construcción y establecimiento de estructuras críticas, como
plantas o almacenes nucleares, aeropuertos, colegios y hospitales.
El mapa de riesgo sísmico estará listo a finales de este año, cuando
también se cierra el periodo destinado a la fase de actualización de
QAFI, que, según el IGME, podría ampliarse por un nuevo periodo de
investigación.
El Colegio de Geólogos de Madrid, por su parte, emitió hoy un
comunicado en el que se denuncia la falta de un plan de riesgos sísmicos
actualizado para el sur-sureste español, donde se identifica la mayor
actividad telúrica de la península.
Tras el terremoto de Lorca, los geólogos elaboraron un "Decálogo para
minimizar el riesgo sísmico en España" que ha tenido "un impulso real
escaso" entre la administración, dijeron.
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