Para lograr
esta mejora competitiva, las eléctricas y la gran industria piden al
Gobierno que ataje los altos costes regulados del recibo eléctrico y
traslade al consumidor el coste real del suministro.
ECOticias.
Las cinco grandes eléctricas y la gran industria ultiman hacer
un frente común para trasladar algunas reivindicaciones al Ministerio de
Industria, Energía y Turismo y hacerle ver la necesidad de que el
sector industrial cuente con precios eléctricos competitivos para capear
la grave situación económica, indicaron a Europa Press en fuentes del
sector.
Para lograr esta mejora competitiva, las eléctricas y la gran
industria piden al Gobierno que ataje los altos costes regulados del
recibo eléctrico y traslade al consumidor el coste real del suministro.
Más en concreto, advierten de que la factura de las primas a las
renovables y al régimen especial, de cerca de 7.000 millones de euros al
año, son insostenibles y se han convertido, a su juicio, en el
principal lastre para el sistema eléctrico. Esto lleva a pagar al
consumidor un sobrecoste en la tarifa que hace a la gran industria menos
competitiva que los países del entorno.
Dada la excepcionalidad del momento actual y el abultado déficit
de tarifa, de 24.000 millones en términos acumulados, las eléctricas no
solo ven necesario impedir la instalación de nueva potencia 'verde',
sino también aminorar la retribución ya comprometida durante casi
treinta años con los proyectos renovables.
Desde las eléctricas consideran que un recorte de la partida de
las primas a las renovables, que garantizan a estas instalaciones una
rentabilidad muy superior a la del régimen ordinario, tiene base legal
si el Gobierno evoca el principio de rentabilidad suficiente contemplado
en la legislación del sector eléctrico.
En las medidas de marzo para atajar el déficit de tarifa, el
Gobierno subió un 7% la Tarifa de Último Recurso (TUR) para los
consumidores domésticos y lo hizo también un 0,91% para las grandes
industrias, a las que recortó además el incentivo que reciben por la
interrumpibilidad, esto es, por reducir su actividad en momentos de
mucha demanda eléctrica.
El aumento del coste eléctrico, que supera en muchos casos al de
personal, se suma a la complicada situación por la que atraviesan las
industrias y la economía en general, atenazadas por la ausencia de
crédito y el desplome de la demanda doméstica.
Por este motivo, los tres grandes consumidores españoles de
electricidad, incluidos hasta hace tres años en la tarifa G4 --Alcoa,
ArcelorMittal, Asturiana de Zinc-- y otros grandes grupos reclaman
medidas urgentes que les permitan contar con una tarifa eléctrica
especial que garantice la competitividad de la industria.
CONTRATOS BILATERALES.
Las eléctricas y la gran industria mantienen en paralelo y de
forma casi continuada negociaciones acerca de las renovaciones de sus
contratos de precios de suministro eléctrico dentro del mercado
liberalizado.
Hasta 2009, las grandes empresas industriales contaban con una
tarifa específica, la G4, que el Gobierno suprimió en pleno proceso de
liberalización del suministro al considerar que resultaba incompatible
con la normativa europea que establecía el fin de las tarifas reguladas
en alta tensión a partir del 1 de junio de 2007.
La semana pasada, la industria del cemento pidió públicamente una
reducción del precio de la energía y advirtió de la posibilidad de que
se produzcan más cierres de plantas a corto plazo. El presidente de
Oficemen, Juan Béjar, pidió que se pague el coste real de la generación.
Las grandes industrias del sector calculan que el coste real de la
electricidad ha pasado en cinco años de tener un peso en la factura del
72% al 44%, mientras que los costes regulados se han incrementado en
más del 90%.
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