Se
puede reciclar, conducir un coche pequeño y tratar de comer alimentos
orgánicos. Pero también se puede ir más lejos y criar peces con una
técnica eco-sustentable y tener un huerto con fertilización natural en
el propio apartamento de una urbe como Nueva York.
Christopher Toole y Anya Pozdeeva, dos ex banqueros de la Gran
Manzana que fundaron la Sociedad de Valores Acuapónicos y Educación
(SAVE, por su sigla en inglés), están dipuestos a ayudar.
"Lo llamamos 'más allá de lo orgánico'", dijo Pozdeeva, de 39 años.
La acuaponía es una técnica sustentable de producción de alimentos,
que combina la cría de peces (acuicultura) con el cultivo de plantas en
agua (hidroponia).
Es un sistema perfecto, ecológico en miniatura, que permite producir
la comida saludable en un pequeño apartamento con equipamiento sencillo,
explicaron.
"Construimos nuestro sistema a partir de cubos de basura", dijo
Pozdeeva, una mujer delgada que emigró de la región siberiana de Rusia
hace 20 años y todavía habla inglés con un leve acento.
Si criar peces en un apartamento de Nueva York parece poco probable,
Toole y Pozdeeva parecen áun más improbables como pioneros ecológicos
urbanos.
Hasta hace poco tiempo eran banqueros que cumplían largas jornadas
de trabajo entre los rascacielos de Manhattan, muy lejos del sombrío
Bronx donde viven actualmente.
Pero después de que la debacle financiera de 2008 derribara al sector
bancario, Toole, vicepresidente de Sovereign Bank, descubrió que tenía
un problema grave en los ojos, que según él fue causado por el estrés.
Tanto él como Pozdeeva estaban muy desencantados con sus carreras.
"Saben cómo exprimir hasta la última gota de ti y luego tirarte lejos", dijo Pozdeeva.
"Queríamos tener los pies en la tierra", dijo Toole, de 47 años, espesa barba gris y sombrero de piel de cerdo.
Toole sabía un poco sobre peces por sus veranos infantiles con su
padre científico en la Institución Oceanográfica Woods Hole en
Massachusetts (noreste), un famoso centro de investigación en biología
marina en el área de Cape Cod. La acuaponía, estimó, le permitiría aunar
la producción sustentable de alimentos con lo que espera sea un modelo
de negocio también sustentable.
¿Una idea arriesgada? Sí. "Pero comprender los riesgos es algo que te enseñan mucho en el sector bancario", dijo.
Cada semana Toole y Pozdeeva enseñan la técnica de acuaponía a unos
80 niños en la sede de SAVE en un centro comunitario en el sur del
Bronx, uno de los barrios socioeconómicamente más desfavorecidos de
Estados Unidos.
Durante un clase reciente, la pareja hizo que los jóvenes hicieran de
todo, desde limpiar los tanques de peces hasta plantar menta, repollo y
otros vegetales.
Los niños, a pesar de estar más familiarizados con la jungla de cemento del Bronx, no tardaron en implicarse.
"Tengo miedo de que venga y me muerda", dijo entre risas una niña
pequeña mientras ponía la mano en la parte superior de un barril con
tilapias grandes.
"Bueno, él tiene miedo de que bajes y lo muerdas", razonó Toole.
Cuando dos niños dejaron de lado la jardinería para iniciar una pelea
con barro, Pozdeeva intervino con calma. "La tierra es preciosa", les
dijo. Los chicos volvieron a la jardinería.
Toole cría varios tipos de peces en sus piscifactorías de cubos de basura, pero las tilapia son los mejores.
Requieren de 19 a 38 litros de agua y en nueve meses ya se pueden
comer. Además, pueden ser totalmente vegetarianos y parecen gustarle las
lentejas de agua, una planta de granos verdes que Toole y Pozdeeva
recogen de los estanques en el Parque Van Cortland del Bronx.
"Es ilegal, pero por otro lado esas plantas están asfixiando los
estanques, por lo que se podría argumentar que estamos haciendo un
favor", dijo Toole sobre sus expediciones para recoger este tipo de
plantas.
Además de la enseñanza, Toole y Pozdeeva venden pequeños alevines de
tilapia a 5 dólares la unidad a través de su página web www.vifarms.com,
Facebook y otros sitios web.
Hace apenas un año que crearon SAVE, pero Toole y Pozdeeva tienen muchos más peces para freír.
Toole planea alianzas con cocineros, otros criadores de peces
urbanos, y trabajos de consultoría para los recién llegados. Pero tras
huir de la banca mundial, no quiere terminar trabajando para nadie, o
"vendiendo nuestra alma", como él dice.
Parece poco probalbe que eso suceda.
Pozdeeva ha descubierto que los hongos, criados en un simple pedazo
de cartón, prosperan en las mismas condiciones de tibieza, oscuridad y
humedad que favorecen la crianza de tilapias. Y Toole está muy
entusiasmado con diversificarse con la producción de miel.
"Ahora mismo tengo 10.000 abejas en nuestra sala de estar", dijo.
"Así que no sólo estoy durmiendo con peces, sino también con abejas".
De hecho, lo único que podría obstaculizar la revolución verde, al
parecer, son las reglas especialmente estrictas de Nueva York en
relación con los animales domésticos en edificios de apartamentos.
"Básicamente, necesitamos ser algo discretos", dijo Pozdeeva sobre
sus colonias domésticas de peces. "Pero eso es lo bueno de los peces".
Christopher Toole enseña la técnica de acuaponía a unos 80 niños en
la sede de SAVE en un centro comunitario en el sur del Bronx, uno de los
barrios socioeconómicamente más desfavorecidos de Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario