El Producto
Interno Bruto (PIB) de Argentina creció un 7,3 por ciento el año pasado,
elevando la demanda de energía que se deriva principalmente de
combustibles fósiles.
ECOticias.
Mientras sus vecinos latinoamericanos avanzan con leyes nacionales sobre el clima, Argentina está frenando sus acciones para lidiar con las emisiones de gases de efecto invernadero mientras el país lucha por satisfacer la demanda energética de una creciente clase media.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina creció un 7,3 por ciento
el año pasado, elevando la demanda de energía que se deriva
principalmente de combustibles fósiles.
Según el Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), la demanda energética en el país subió un 5,1 por ciento en el 2011.
Los combustibles fósiles, en su mayor parte importados debido a que
las refinerías locales no logran satisfacer la demanda, son responsables
por casi un 90 por ciento del consumo de energía en Argentina.
El valor de las importaciones de combustible aumentaron al doble el año pasado a 9.300 millones de dólares.
En un intento por elevar la producción de petróleo y gas para
satisfacer la demanda local, el Gobierno argentino decidió el mes pasado
expropiar la filial YPF de la española Repsol, generando temores
internacionales de que Argentina ahuyente las inversiones.
Expertos y funcionarios del Gobierno han reconocido que las emisiones
de gases de efecto invernadero están aumentando como resultado del
creciente consumo de energía.
Argentina emitió alrededor de 167 millones de toneladas de dióxido de
carbono en el 2009 con relación a su uso de energía, un aumento de más
de un 20 por ciento comparado al 2000, según los datos más recientes de
la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
El director de cambio climático de Argentina, Nazareno Castillo,
reconoció que algunas de las prioridades del país a corto plazo podrían
lograrse a costa de aumentar las emisiones de gases de efecto
invernadero.
"Obviamente, la política de un país tiene una cantidad de dimensiones
y que la única no es el cambio climático. Hay que ver cuáles son las
otras variables", sostuvo Castillo.
"La prioridad de este Gobierno está enfocada en reducir la pobreza y
hacer una sociedad mas equitativa y esto no siempre va de la mano de
reducir emisiones", declaró.
ESTRATEGIA MEDIOAMBIENTAL
Castillo dijo que aunque el Gobierno no está desarrollando una ley
nacional contra el cambio climático similar a las aprobadas en Brasil,
Perú y México, un comité especial designado por el Gobierno delineó la
primera fase de una política nacional de 14 puntos sobre el
calentamiento global.
El comité está en proceso de redactar una segunda fase que abordará
metas de reducción de emisiones sobre una base de sector por sector.
"Yo creo que seguramente en algunos sectores lograremos acordar
algunas metas vinculadas a limitar el crecimiento de emisiones. No sé si
vamos llegar a definir una meta absoluta para el país", manifestó.
Castillo agregó que pese a que las emisiones ligadas a la energía
generaron un aumento en los niveles de CO2, una nueva ley forestal más
restrictiva (aprobada en el 2009) podría compensar este aumento con una
caída en la producción de contaminantes causada por la degradación de
los bosques.
Algunos expertos afirman que la actual crisis energética de Argentina
brinda una buena oportunidad para que el país reforme su política en
este sector y se desplace hacia un posición menos intensiva en emisión
de carbono.
María Eugenia Di Paola, directora ejecutiva de la Fundación Ambiente y
Recursos Naturales (FARN) -un importante centro de investigación
medioambiental-, dijo que el Gobierno debería concentrarse en qué clase
de desarrollo quiere el país, no de qué capital está detrás de eso.
"Hay una situación de la matriz energética que es delicada. En el
caso de YPF, debería ser un puntapié para una discusión más amplia sobre
qué tipo de desarrollo se quiere, sobre la sustentabilidad energética",
comentó Di Paola.
Agregó que la presidenta Cristina Fernández anunció previamente este
año que el Gobierno debería lanzar un programa para impulsar proyectos
de energía limpia, pero que eso nunca sucedió.
"En un momento de crisis energética, se podría pensar en opciones.
Hay inversiones en biocombustibles, biodiésel, pero no hay un desarrollo
avanzado en renovables", sostuvo Pablo Canziani, un investigador de
clima de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
"Por el momento se están elevando las emisiones. Argentina creció
mucho las emisiones porque frente a la crisis energética hubo incremento
de plantas a gas y plantas a carbón", añadió.
El gas natural compone hasta un 53 por ciento de la mezcla energética
de Argentina, seguida de petróleo (32 por ciento), recursos hídricos
(11 por ciento), y una pequeña participación de energía nuclear y
carbón, según BP Energy Review.
El consultor independiente Federico Moyano, ex administrador del
corredor de carbono Ecosecurities en Argentina, dijo que ve una pérdida
de importancia de los asuntos climáticos en el Gobierno argentino.
"Argentina fue pionero en aspectos institucionales de las bases
climáticas, hicieron muchas cosas en términos institucionales, para
desarrollar proyectos. Pero eso fue hasta cuatro o cinco años atrás. De
ahí hasta ahora yo diría que el Gobierno no hizo nada, la promoción
gubernamental fue nula", remarcó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario