A menos que el
mundo afronte el problema, para 2030 incluso dos planetas Tierra no
bastarían para mantener la actividad humana, dijo WWF
ECOticias.
La biodiversidad se ha reducido de media un 28 por ciento globalmente desde 1970 y el mundo
tendría que ser un 50 por ciento más grande para tener tierra y bosques
suficientes para hacer frente a los niveles actuales de consumo y
emisiones de dióxido de carbono, dijo el grupo ecologista WWF el martes.
A menos que el mundo afronte el problema, para 2030 incluso dos
planetas Tierra no bastarían para mantener la actividad humana, dijo
WWF, al presentar su informe Living Planet 2012, una auditoría bienal
del medio ambiente y la biodiversidad del mundo, es decir, el número de
especies de animales y plantas que hay sobre el planeta.
Aún así, los gobiernos no van camino de cerrar un acuerdo en la
cumbre de desarrollo sostenible del mes próximo en Río de Janeiro, dijo
el director general de WWF Internacional, Jim Leape.
"No creo que nadie discuta que no estamos cerca de donde deberíamos
estar a un mes de la conferencia, en términos del progreso de las
negociaciones y otros preparativos", dijo Leape a los periodistas en
Ginebra.
"Creo que a todos nos preocupa que los países que están negociando en
el sistema de la ONU para obtener un resultado en Río no han mostrado
aún voluntad de dar pasos realmente para cumplir esos desafíos. Esas
negociaciones siguen aún claramente enredadas".
Se espera que la cumbre Rio+20, del 20 al 22 de junio, atraiga a más
de 50.000 participantes, y los políticos serán presionados por los
ecologistas para acordar los objetivos de un desarrollo sostenible, con
el espíritu de la cumbre Rio Earth que dio lugar al Protocolo de Kioto
hace 20 años.
Pese a ese pacto que pretende reducir las emisiones de carbono que
calientan el planeta, las temperaturas medias mundiales van camino de un
"incremento catastrófico" hacia finales de siglo, dijo WWF.
Leape indicó que había muchas iniciativas que los gobiernos podrían
tomar unilateralmente sin "ser rehenes" de unas negociaciones más
amplias para un acuerdo global obligatorio sobre el clima que sustituya a
Kioto, que expira este año.
Añadió que el mundo debería dejar a un lado las ayudas "perversas" a
los combustibles fósiles, que representan más de 500.000 millones de
dólares anualmente, y asegurar el acceso mundial a la energía limpia
para 2030.
Cuando se le preguntó por qué los ecologistas estaban aún luchando
para que se les diera la razón de que había de hacer algo, Leape dijo:
"No subestimemos la inercia del sistema".
"Hemos construido una economía el siglo pasado, que se construyó
sobre los combustibles fósiles y bajo la premisa de que los recursos de
la Tierra no podían agotarse. Se ve esto de forma llamativa en el caso
de los océanos, donde hemos estado pescando como si no hubiera mañana,
como si los peces fueran a estar siempre ahí".
"En segundo lugar, lo estamos haciendo en un contexto de un mercado
que continúa enviando las señales equivocadas. Demasiados de los costes
de los que estamos hablando no se construyen sobre los precios que ves.
Los mercados pueden trabajar bien si los precios dicen la verdad y en
este momento no lo hacen, de forma enormemente importante".
Los consumidores están ayudando a cambiar la corriente, dijo, dados
los regímenes de certificación que dan a los productos el sello de
aprobación, forzando a las compañías a cumplir ciertos estándares.
"Vemos un creciente número de materias primas en las que funciona.
Está en la madera, en el pescado, pero también en el aceite de palma y
en el azúcar y el algodón y otros. Creo que forma parte de enviar
señales al mercado, de dejar a los consumidores enviar señales, para que
muestren sus preferencias y para comenzar realmente a construir un
mercado que se dirija hacia la sostenibilidad".
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