Densas áreas de China, que suman un total de 79.000 kilómetros
cuadrados, el equivalente a la isla de Irlanda, están sufriendo el
hundimiento progresivo de su suelo debido a la disminución de sus aguas subterráneas, unida en muchos casos a la construcción excesiva de rascacielos.
Según un estudio, el delta del río Yangtsé (donde está Shangái),
la llanura del norte de China (Pekín se encuentra en su extremo
septentrional) y la cuenca de los ríos Fen y Wei, en el centro del país,
son las zonas con mayores riesgos.
La investigación, dirigida por el Instituto Geológico de China,
indica que en esas áreas hay más de 50 ciudades cuyo nivel ahora es
como mínimo 20 centímetros inferior al de hace 30 años, lo cual entraña
peligros para la red ferroviaria, la cimentación y los planes de
prevención ante inundaciones.
Otros estudios anteriores señalan que el hundimiento de las ciudades
chinas, al hacerlas más vulnerables a desastres naturales tales como
inundaciones o corrimientos de tierras, causaron pérdidas de unos 53.000
millones de dólares entre 1956 y 2008 sólo en las zonas en torno a
Pekín y Tianjin.
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