Noruega presentó el lunes la mayor planta del mundo en
su categoría para desarrollar la captura y almacenamiento de carbono,
una tecnología no probada comercialmente que permitiría enterrar de
forma segura los gases de efecto invernadero de las plantas de
electricidad.
El centro gubernamental, con una inversión de 5,8
millones de coronas noruegas (alrededor de 659.000 euros), probará las
dos tecnologías de captura de carbono post combustión que podrían
expender su uso a escala industrial si s demuestra que son rentables y
seguras.
"Hoy estamos abriendo el mayor y más avanzado
laboratorio del mundo para probar las tecnologías de captura de carbono
(...) Es un proyecto importante para Noruega y para el mundo", dijo el
primer ministro Jens Stoltenberg en la ceremonia de inauguración del
Centro Tecnológico Mongstad (TCM por sus siglas en inglés), al noroeste
de la ciudad de Bergen.
La instalación será la única capaz de probar
exhaustivamente los gases de escape de dos fuentes cercanas, una planta
de calor combinado y electricidad de 280 megavatios y la refinería de
Mongstad, de 10 millones de toneladas anuales. Las dos producen gases de
combustión con distintos contenidos de dióxido de carbono (CO2),
alrededor del 3,5 y del 13 por ciento, respectivamente.
Las emisiones de Mongstad tienen un contenido de
dióxido de carbono similar al emitido por las plantas de electricidad de
carbón, por lo que los científicos dicen que podría contribuir de forma
especialmente grave para el cambio climático.
La planta ofrece la posibilidad de seguir quemando
combustibles fósiles aunque evitando sus peores efectos al enterrar sus
emisiones, por ejemplo en yacimiento de gas marinos agotados, aunque
puede ser costoso.
Stoltenberg dijo en un discurso en 2007 que la captura
de carbón y su almacenamiento podría ser el equivalente noruego a la
llegada a la luna.
El centro tiene dos plantas de captura de carbono con
una capacidad combinada para procesar 100.000 toneladas de dióxido de
carbono al año, convirtiéndola en la más grande, dijo a Reuters el
responsable tecnológico de la instalación, Olav Folk Pedersen.
Sin embargo, esta capacidad es un poco menos de la
décima parte de las emisiones anuales de la refinería de Mongstad.
Durante el período de prueba todo el CO2 capturado se libera a la
atmósfera, por lo que no tiene impacto en la reducción de los costes de
las emisiones de la refinería.
Hasta ahora, han sido pocos los países que aceptaron
invertir fuertemente en la captura de carbono. Entre ellos están Estados
Unidos, Australia, Reino Unido o China.
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