El informe
preliminar elaborado por expertos independientes dice que, calculando
por lo bajo, las personas que viven en las dos zonas de la prefectura de
Fukushima
ECOticias.
La radiación registrada tras el accidente que se produjo en
marzo del año pasado en la central nuclear de Fukushima-1, en el este de
Japón, no alcanzó niveles cancerígenos en la mayor parte del territorio
nacional, mientras que en los países vecinos se registraron niveles
similares a los provocados por la radiactividad natural, según ha
informado este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe preliminar elaborado por expertos independientes dice
que, calculando por lo bajo, las personas que viven en las dos zonas de
la prefectura de Fukushima donde la exposición a la radiación era
relativamente alta podrían haber recibido una dosis de entre 10 y 50
milisieverts durante el año posterior al accidente, provocado por un
terremoto y un tsunami.
En el resto del territorio de Fukushima, se estima que, de media,
los habitantes recibieron una dosis efectiva de entre 1 y 10
milisieverts, mientras que en la mayor parte del resto de Japón
recibieron entre 0,1 y 1 milisievert. En el extranjero, las dosis no
alcanzaron los 0,01 milisieverts y generalmente fueron muy inferiores a
esa cifra.
Las personas expuestas a radiación suelen tener más probabilidades
de desarrollar un cáncer si han recibido más de 100 milisieverts, según
la OMS. Se puede sufrir un síndrome de radicación aguda a partir de 1
sievert (1.000 milisieverts).
El informe indica que "la dosis anual media en el mundo por la
radiactividad natural es de unos 2,4 milisieverts y suele situarse en
una franja de entre 1 y 10 milisieverts en varias regiones del mundo".
El terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011 provocaron
graves daños en la central nuclear de Fukushima-1 que hicieron que se
fundiera el núcleo de varios reactores y que la zona se contaminara por
la radiación, lo que obligó a las autoridades a ordenar una evacuación.
El estudio no incluye estimaciones de las dosis recibidas por la
población en 20 kilómetros a la redonda desde la planta atómica "porque
la mayoría de las personas" que vivían allí "fueron evacuadas
rápidamente".
"Para hacer una estimación precisa para estas personas", que
"podrían haber recibido radiación antes de la evacuación", se
necesitarían "datos más concretos que los disponibles", explica el
documento. Este estudio se basa en los datos recogidos hasta el pasado
septiembre sobre la radiactividad presente en el aire, el suelo, el agua
y los alimentos.
Los expertos tampoco han tratado de establecer los riesgos para la
salud de los trabajadores de los equipos de emergencias que han
trabajado en la zona donde se produjo el accidente porque esa
información estará contenida en otro informe de la OMS que se presentará
el próximo julio.
Ese estudio también evaluará el incremento que podría producirse a
largo plazo en el número de casos de cáncer, incluido el cáncer de
tiroides, que es el órgano del cuerpo más expuesto porque en él se
concentra el yodo radiactivo.
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