Considerada la peor sequía en 50 años, la situación no es peor porque
las personas afectadas reciben ayuda financiera del gobierno a través
de sus programas sociales. Pero la falta de agua ya acabó con la
producción agrícola de muchos campesinos y amenaza la vida de sus
animales.
Algunas personas han perdido hasta la mitad de su ganado producto de
la sequía y el gobierno brasileño redujo la previsión para la cosecha
maiz, soja y frijoles.
En Pernambuco, donde 66 municipios fueron declarados en emergencia,
los ríos están ahora todos secos y los animales en búsqueda de agua se
topan con pozos de lodo espeso y oscuro, indica O Globo.
El caso más alarmante hasta ahora en esta "guerra por el agua" se
presentó en la población de Bodocó (Pernambuco), donde a comienzos de
mes el agricultor Joao Batista Cardoso fue asesinado a tiros por el jefe
de la oficina estadal de Saneamiento cuando le fue a exigir
abastecimiento de agua.
Por otro lado, pobladores desesperados enfrentan el chantaje político
de los 'pipeiros' (distribuidores de agua en carros sisterna), por lo
general candidatos a concejales, que ofrecen agua a cambio de votos,
denuncia O Globo.
"Las represas quedan secas, el pueblo está con sed, y un carro lleva
agua para cojer votos. Los dueños de los camiones ganan por los dos
lados: reciben del gobierno (agua para distribuir) y el voto del pueblo.
Las personas perjudicadas no reclaman porque tienen miedo. hay culpa
tanto del estado como del municipio", protestó Francisco da Silva, un
sindicalista en la región.
En el estado de Bahía, la emergencia ya afecta a 234 de sus 407 municipios.
La situación toca también el precio de los alimentos. Por ejemplo el
frijol negro, fundamental en el plato del brasileño promedio, subió en
40%.
La severa sequía que afecta a 1.100 municipios del noreste de Brasil
desató una "guerra por el agua" que ya suma la muerte violenta de un
campesino y de decenas de animales por sed, informó el diario O Globo en
su edición del sábado.
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