La privatización del agua, como explica Pedro Arrojo, es uno de los principales problemas al que deben enfrentarse los pueblos de todo el mundo
ECOticias.
La exposición fotográfica Agua, ríos y pueblos, en La Casa Encendida
de Madrid, nos cuenta las historias de las personas perjudicadas por
las catástrofes naturales o por la privatización del agua. El director
de la muestra, Pedro Arrojo, explica que el objetivo es que las víctimas
dejen de ser una “fría estadística para comunicarnos sus angustias,
razones y esperanzas”.
La privatización del agua, como explica Pedro
Arrojo, es uno de los principales problemas al que deben enfrentarse los
pueblos de todo el mundo, ya que “se agrava la vulnerabilidad de los
más pobres, al convertir a los habitantes en clientes”. Es el caso del Río Santiago, en México,
donde los residuos que vierten numerosas empresas en el agua han
provocado que los que la han bebido se hayan envenenado con metales
pesados, lo que ha causado numerosas muertes y malformaciones entre la
población.
La exposición también se centra en los problemas causados por las grandes presas, que hacen peligrar los ríos afectados y, con ellos, a las personas y los ecosistemas que viven de su agua. La presa en el río Mekong,
que baña Tailandia, Laos y Camboya, explica Arrojo, “es responsable de
numerosas muertes a causa de la subida del río. Además, está causando la
desaparición de la pesca, lo que provoca que algunos niños deban cazar
ratas porque las familias no tienen para comer”.
Sin embargo, algunas luchas acometidas por las personas afectadas se han convertido en victorias. Es el caso de el Ejército Zapatista de Mujeres Mazahua en Defensa del Agua, en México, que tras numerosas manifestaciones y huelgas de hambre han conseguido que el Estado les proporcione agua potable.
El responsable de la exposición considera que estos conflictos se producen porque, actualmente, “se da más prioridad al dinero que a la gente”
y esto ha provocado que los beneficios obtenidos por gobiernos y
empresas hayan hecho olvidar a las víctimas. Recuerda que hay que pensar
en nuevos modelos sostenibles y que repartan mejor el agua ya que “no podemos seguir pensando en que la sociedad será más feliz creciendo”.
“Una de las formas que permiten cambiar estas situaciones es la
rebelión social”, dice Pedro Arrojo, e indica que los movimientos como
el 15-M “le dan esperanza porque ponen el dedo en la llaga”. En este
sentido, Arrojo señala que la exposición también busca “despertar inteligencias y comprometer voluntades” que luchen por el derecho al agua.
Luchas por el agua como la que han llevado a que países como Bolivia, Uruguay o Venezuela hayan incluido el derecho al agua en sus constituciones, configurándolo como un derecho humano. Además, tanto la Organización de Naciones Unidas como los sindicatos europeos están poniendo en marcha iniciativas para conseguir que el derecho al agua se convierta en un derecho que pueda ser exigido ante los tribunales. Sin embargo, Arrojo explica que “los partidarios de la privatización están poniendo obstáculos para impedir este proyecto”.
Esta exposición nos acerca a los conflictos y las luchas por el agua
desarrolladas en diferentes lugares del mundo y se compone de 148
fotografías subdivididas en seis bloques temáticos. Puede visitarse en
La Casa Encendida, en Madrid, hasta el 28 de junio.
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